jueves, 19 de septiembre de 2013

Hace 5 años partió un grande de la publicidad, Hernán Nicholls



"Fue ayer el día de los publicistas, según la novísima advocación católica que escogió a Bernardino de Siena, un santo nervioso y persuasivo, como patrón de tan inquietos profesionales.  En Colombia ha progresado vertiginosamente la publicidad.  A más de 500 millones de pesos asciende ya el presupuesto anual de la inversión, hecha a través de los lógicos canales de las agencias del oficio. Que las hay en grande, en todas partes, y en grandes cantidades, nacionales en su mayoría y algunas extranjeras, pero con el noventa por ciento de personal Colombiano.  La publicidad, considerada como el sexto poder (el quinto está reservado para la prensa) y como el sexto sentido (el séptimo está reservado a la intuición) en el vivaz mundo de los negocios, ha ido, como es lógico de mano del desarrollo industrial y comercial del país, cimentando en unos casos ese avance, fomentándolo en muchos más, mediante su eficacia primordial que crea necesidades y canaliza deseos y con sus beneficios en la mejora de las calidades de los productos y la fijación de precios justos.  A la publicidad le está reservada pues una parte fundamental en la expansión industrial Colombiana.  Sera decisiva para el éxito de viraje de noventa grados que nuestra economía tiene que dar en el futuro inmediato.

Lo calamitoso y urgente de nuestros problemas, exige de los publicistas que actúen ya, con su profunda labor de persuasión, sobre los consumidores Colombianos para lograr de ellos confianza y preferencia de los productos nacionales.  Porque en la mayoría de los casos, podría casi decirse que los Colombianos tenemos una industria y unos productos que no nos merecemos.  A tal punto llega el desdén hacia la etiqueta local, el rechazo a la manufactura nuestra, el desgano con que se consume el artículo Colombiano.  Es bien conocido el truco de muchos fabricantes, basado en esa actitud de colocarle marcas y señuelos extranjerizantes a sus Colombianos artículos, para alcanzar el entusiasmo y este concretarlo en ventas.  Que es todo esto sino una endeble conciencia de lo propio, un nacionalismo feble, tímido, huidizo?

Se necesita que los publicistas programen una campaña intensa y extensa, que aproveche todos los medios por donde fluye el mensaje publicitario.  Con la contribución gratuita de esos mismos medios, en espacio, en sonido, en local, en sitio.   Con la colaboración de todos los anunciadores.  Para que esa campaña grave en un martilleo creciente la conciencia del producto Colombiano, que muestre sus ventajas, que demuestre su superioridad aun ante similares extranjeros, que compruebe la conveniencia de consumirlo, la satisfacción de comprarlo.  A medida que fueron industrializándose, países como México, Argentina, Brasil, adelantaron y sostienen aun campañas de este tipo.  Mensajes publicitarios que creen orgullo por la manufactura nacional, que aseguren preferencia y cariño impulsivos de los compatriotas.  En Cuba, antes de que Castro dominara e hiciera innecesario con sus sistema comunista, ¨el vicio burgués de la publicidad¨, todos los anuncios, en prensa o radio, de cualquier producto, exaltaban primero el hecho de que eran Cubanos.

La sola frase ¨Y es un producto Colombiano¨, que sirva de remata a todas las argumentaciones publicitarias, iría conformando, a base de la mágica repetición, una conciencia de lo que vale lo nuestro.  En este orden de ideas, puedan prepararse slogans que con gran fuerza expresiva, enaltezcan, por si mismos la manufactura Colombiana.  Algunas empresas se han inquietado algo en este o parecido sentido.  En Cali ¨Circuito Todelar¨  repite varias veces al día a través de sus emisoras, este leitmotiv: ¨Todelar cree en el progreso de Colombia¨. 

Pero necesitamos una campaña más profunda, más general que convoque un genuino fervor nacionalista.  Un país no puede vigorizare, en ningún campo, si no tienen sus gentes un sentimiento fuerte de nacionalismo.  Se necesita una campaña así, por dosis, que anime a las desconcertadas gentes, que genere un optimismo confiado y prospero.  Para que crean en ellas mismas a través de Colombia, a través de las maravillosas cosas que produce Colombia."  

Hernán Nicholls Santacoloma.

Compartido por mi buen amigo, Eduardo Romero www.romeroads.blogspot.com

1 comentario:

  1. Sorprende el hecho Diego de que el "profeta" Nicholls escribo este articulo hace ya 50 años y su vigencia hoy con los TLC es total.

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