jueves, 24 de julio de 2014

Martín Santos: lo que he aprendido de mi padre

Por: Diego Rodríguez, para Esquire Colombia

Director Editorial: Francisco Escobar

Fotografía: Ricardo Pinzón Hidalgo



La gran mayoría le dice “presidente”, algunos lo llaman “Juan Manuel”, yo le digo “Papá”.
Con mis hermanos y conmigo ha sido muy permisivo; es decir, siempre y cuando actuemos con responsabilidad. No es un hombre de levantar la voz, no me ha castigado, me dice que viva la vida, que viaje, que conozca nueva gente, que no me case tan joven, que hay mucho por vivir.
La mejor frase que tiene es: “Nunca se arrepienta de lo que hizo, sino de lo que dejó de hacer”.
¿Qué heredé de mi padre? A los dos nos gusta arriesgar. Y en el aspecto físico, me dicen que cuando tenía barba y era más joven se parecía más a mí.
Sí, claro que tuve con él la típica conversación sobre sexo. Un día entró a mi cuarto y me empezó a hablar del tema, yo le dije que se ahorrara sus palabras porque yo ya sabía todo lo que debía saber sobre el asunto.
Dos de sus consejos recurrentes son: “humildad y respeto”.
¿Que si tengo el swing de mi papá? Hmm. Creo que sí, mi padre y mi madre bailan muy bien; ahora, creo que él gana.
Todos los hijos hemos vivido alguna vez ese momento en el que vemos a nuestros padres haciendo el “oso”. Y eso me pasó cuando, en un partido de exhibición entre Rafael Nadal y Novak Djokovic, mi papá, presentando a los jugadores ante la multitud, dice que le complace tener al número dos del mundo: “Jorjovic”.
Me gusta la política, pero no voy a ser político.
No fue mi papá; fue mi mamá la que me pilló “muy mal parqueado” con una novia, no le voy a dar muchos más detalles, solo diré que fue en año nuevo.
En una campaña presidencial como la actual los ataques se volvieron costumbre, pero, con el paso del tiempo, hemos logrado construir un cuero grueso contra ellos. Algunos sacan la piedra, pero aprendí que es mejor contar hasta diez antes de reaccionar. 
¿En qué no he estado de acuerdo con mi padre? En un debate, hace cuatro años, dijo que su persona favorita era su hija.
Él es el presidente, pero la que manda en la casa es mi mamá.
Yo no tengo ningún problema con la familia de Pacho Santos, pero todos estamos totalmente sorprendidos con su comportamiento. Toca esperar, ojalá recapacite y sea él, en el futuro, quien caiga en cuenta de los errores cometidos.
¿Que si hago negocios? ¡Mi papá me tiene prohibido meterme en negocios! Especialmente con zonas francas.
En algún momento querré ser papá, no ahora. La gente de entre 30 y 35 años me dice que no me case, que no tenga hijos, que no hay afán. Yo en realidad no entiendo a los que se casan jóvenes, la independencia es un lujo para prolongar. Me parece que primero está bien vivir juntos y conocerse; los que no han vivido juntos están condenados a fracasar. 
Le boto un dato, soy muy buen amigo de uno de los sobrinos de Óscar Iván, y no hemos dejado que el tema político afecte, para nada, nuestra amistad.
¿Qué no se puede hacer en Palacio? Llevar amigas a dormir (risas).
No es fácil ser el hijo del presidente. Cero libertad. Hay muchas limitaciones por el tema de la seguridad (a diario velan por él dos turnos de quince escoltas) y todo el mundo está pendiente de qué hago, qué digo o qué no, que si tomo, que con quién voy. Una vez me pasó que terminé con mi novia, empecé a salir con otra persona, nos tomaron una foto y en una revista le pusieron a mi nueva novia el nombre de mi ex; por si fuera poco, pusieron la portada en los paraderos de los buses de Bogotá.


domingo, 20 de julio de 2014

Aterriza en Colombia la escuela de creatividad Underground


Desde hace un par de meses se venía cocinando el proyecto de traer a Colombia la escuela de fundadores argentinos, Underground. La idea prosperó y a principios de agosto abrirá sus puertas con un nómina de profesores bien interesante, y un formato fuera de serie y cuadrículas. En esta ocasión, Alejandro Zapata, unos de sus directivos, nos contó de qué se trata.


Leo Burnett Colombia, ganadora del primer Grand Prix en Cannes Lions


En el pasado festival publicitario Cannes Lions, la agencia de publicidad Leo Burnett se alzó con el primer Grand Prix para el país, algo así como ganarse un Óscar a mejor película. Dejemos que sean sus protagonistas quienes nos cuenten cómo lograron este león junto con el anunciante Liga Colombiana Contra el Cáncer.


Los otros ganadores colombianos en Cannes Lions 2014, conozca las piezas dando clic en cada renglón.







Black, Cyan, magenta y yellow de Ogilvy






martes, 8 de julio de 2014

Carlos Felipe Arango, lo que las marcas buscan

Por: Diego Rodríguez, para Esquire Colombia

Director Editorial: Francisco Escobar

Fotografía: Ricardo Pinzón Hidalgo



Carlos Felipe Arango es el presidente ejecutivo de la agencia de publicidad Sancho BBDO, la más grande del país y la encargada de la campaña de reelección de Juan Manuel Santos.

Son las tres de la tarde de un lunes soleado de finales de abril en Bogotá. Estamos en la agencia de publicidad más grande de Colombia, Sancho BBDO (y esta no es una apreciación personal, las cifras de la compañía: su número de clientes, sus premios y su efectividad, así lo comprueban). En una sala de juntas, contra una de las blancas paredes posa el presidente de la empresa, el manizalita Carlos Felipe Arango (todos lo llaman por su segundo nombre), quien lleva un sencillo blazer, una camisa blanca de algodón, unos jeans y no tiene corbata. “Esto de posar no es lo mío”, le dice al fotógrafo. Es un tipo buena onda y amable, tiene una amplia sonrisa y lo acompaña una sencillez que lo hace de entrada bastante atípico en este mundo publicitario lleno de egos inflados.

Es el segundo de tres hermanos. Estudió publicidad en la Jorge Tadeo Lozano, “la única universidad con cafetería en ese entonces”, dice y se ríe; cursó un posgrado en administración y gerencia en Estados Unidos, pero no le dieron el cartón oficial por ser tecnólogo, cosa que al final no le preocupa. Siempre les pregunta a las personas que aspiran a trabajar en Sancho qué estudiaron, pero no le importa el diploma, y menos si es de publicista; lo que le interesa es que tengan una ‘estructura mental’. “Cuando los jóvenes me dicen que van a estudiar publicidad, yo mejor los desanimo. Creo que la pasión y el talento, más que la academia, son los que hacen a los buenos publicistas. Acá entre nosotros, eso no me trae muchos amigos (risas). Yo con las universidades de publicidad, pocón, pocón”. Felipe siempre ha trabajado en servicio al cliente y una de sus campañas favoritas fue la clásica de llantas Uniroyal, a finales de los ochenta. “En ella se veía a una mona que tenía rugido de pantera, la Súper Pantera 240 y la 340. Esos fueron los primeros comerciales que se hicieron fuera del país, los realizamos en México, con policías, huidas, parecía una película y yo era el ejecutivo de la cuenta”.

Felipe lleva 27 años en Sancho, una compañía que en 2016 cumplirá 80 años en Colombia, y que ha tenido clientes muy fieles: “Algunos llevan 78 años con nosotros –como Casa Luker– , duran mucho, somos casi como matrimonios, entre ellos están Tecnoquímicas, Chevrolet, Avianca, Visa, El Tiempo, Postobón, Movistar, Éxito y la lista es larga”. Sancho BBDO y sus empresas hermanas: OMD, Media Wise, Señor López, Phd, Sístole y Proximity suman casi mil empleados.

Una de sus grandes obsesiones son los Effie, los galardones mundiales que premian no solo las campañas más creativas, sino la publicidad que vende, es decir, la que mueve la caja registradora de las marcas; la efectividad. De ahí que, en broma, algunas de sus creativas lo llamen: ‘Carlos Effie’. “Este año tenemos 130 finalistas, esperamos que pasen cosas muy buenas con este número tan impresionante. En 2010 fuimos los más efectivos del mundo, en 2011 y 2012 la segunda agencia más efectiva; ahora, y luego de conocer los ganadores locales en 2014, esperamos con orgullo el escalafón mundial que se publica al mismo tiempo que se desarrolla el destacado festival publicitario Cannes Lions”. Pero insiste y repite: “La creatividad tiene que trabajar en función de los objetivos de negocio; esa frase la digo por lo menos 15 veces al día. La efectividad es la esencia no solo de lo que hacemos aquí, sino de todo en la vida, uno no es creativo por serlo y ya, no es ser ‘loquito’ por ser ‘loquito’, todo está pensado para conquistar el amor, a un cliente, ser feliz...”.

“Pero no todo es tan divertido, lo feo de la publicidad son las áreas de compras (risas), un consultor no se debe comprar por precio, mientras hagamos crecer el negocio lo único que no se debe perseguir en los publicistas es un precio bajo. Mire, este es un oficio envidiable, todos los días hay un reto distinto y una presión absurda, somos el último eslabón, debemos estar siempre disponibles y con soluciones de negocio”.

Mientras le pregunto por sus creativos, aclara: “Al publicista siempre se le ha mamado gallo con eso de que es un bohemio, que tiene licencia para hablar de manera un poco más desabrochada y coloquial, pero quienes trabajan en este oficio, en un gran porcentaje, son las personas más inteligentes, intelectuales y apasionadas por el negocio de las marcas, uno que genera mucho estrés y en el que si uno no se ríe, está jodido”.

A pesar de su carga laboral, Felipe no es un hombre que se estresa fácil. Monta en bicicleta y a caballo, y cocina. “En realidad soy un campesino frustrado, si no hubiese sido publicista habría sido agrónomo”, pero se saca la espinita en su finca en Manizales, donde es productor de naranjas; no les hace publicidad y no les tiene marca, pero sí le toca vivir lo bueno y lo malo que afronta el campesino colombiano en su comercialización. A él lo hacen reír los problemas, le sacan la piedra “algunos” clientes y es consciente de que hay que ser relajado o si no se termina infartado a los diez minutos. “El publicista se la pasa resolviendo problemas, por eso estamos rodeados de gente muy fuerte, ya que cada uno debe solucionar sus propios dilemas. Cuando me invitan a participar, soy uno más botando corriente”.

Su ropa no es de marca, por más que le busque no se la encontrará, puede ponerse cualquier cosa. Las marcas le gustan, pero para trabajarlas. “En este momento somos la agencia de la campaña de la reelección de Juan Manuel Santos; en el pasado, hicimos la de la reelección de Uribe (“Adelante presidente”), la primera de Santos y ahora esta. Son campañas muy difíciles, se sufre mucho dentro del equipo humano, todos trabajan 24/7, a cualquier hora de la noche hay que levantarse. Por ahora no me pregunte más, porque tenemos un contrato de confidencialidad (risas)”.

Es un tipo exitoso, pero que también ha sufrido derrotas y las recuerda como parte del oficio. “Tuve un momento frustrante hace unos años, me dolió perder la cuenta de Zenú justo la semana en que me dijeron que iba a ser el presidente ejecutivo de Sancho BBDO, fuimos a contarle la buena nueva al cliente y esa fue mi bienvenida como líder de esta empresa de comunicaciones. Jamás esperaba semejante noticia; hace tres años, justo acá en la sala de juntas, dije ‘empezamos bien’ (risas)”.

¿A quién no le haría publicidad? “Hemos rechazado participar en licitaciones de cigarrillos, no nos gustan, debe ser por que mi padre murió de cáncer de pulmón. Sin embargo, sé que también existe la cirrosis, y nosotros llevamos marcas de licor”.

Su ídolo es su tío Álvaro Arango, un patriarca de la publicidad que todavía va todos los días a la agencia, de la que fue su presidente por 52 años. “Lo que le ha aportado al respeto por el oficio, por las personas del negocio, es impresionante. Inspira respeto, y en cuanto a solucionar los problemas, no hay otro igual. Si a un cliente se le iba la mano, y si era necesario, renunciaba a ellos si no había respeto. Gracias a él Sancho BBDO es lo que es, con unas bases muy fuertes inspiradas en el respeto por la gente, y unas posiciones muy claras frente a la industria; a mí me tocó lo fácil porque ya estaba hecha la agencia, lo bueno es que acá sigue con nosotros y va conmigo a las reuniones con los clientes”.

Su abuelo, Arturo Arango Uribe, fue el fundador de la compañía en Manizales. Luego Álvaro, su tío; Carlos Arturo, su padre; Rodrigo y Jorge Hernán, sus otros tíos, siguieron manejando la agencia. Actualmente lo hace la tercera generación, es decir, él y su hermano Marcelo.

Las campañas que lo invitan a sacar pecho: la Universidad Chevrolet lo hace sentir orgulloso, porque con esta demostró que la publicidad también sirve para construir sociedad. Por otra parte, la campaña de Visa que se hizo para Latinoamérica con Juanes fue catalogada como una de las mejores de la compañía en el mundo. En el campo digital, él tiene mucha fe de que la realizada con Susana y Elvira, para Visa, tenga un buen paso por los Effie. Se siente muy orgulloso de Avianca, porque era una de las marcas más odiadas, era como un elefante blanco en el país, y hoy, luego de ocho años, es una de las más queridas por todos los colombianos. Se acaba de ganar un proyecto especial de la ONU enfocado en el tema de la paz. A la licitación se presentaron 23 agencias y ganó. La palabra clave de esa campaña es: “Respira”, la misma que se ve en una de las ventanas de la Torre Sancho. “Siempre que usted vaya a hacer algo, le doy un consejo: antes de actuar, respire, Colombia respira paz. La paz es absolutamente necesaria”, dice, convencido de que esa paz justamente viene de trabajar y de ponerles la cara a los problemas.