Diego, es un tipo tranquilo, sencillo, irradia buena energía. Mientras uno habla con él, se le nota que disfruta y lo relaja mucho su cigarrillo. Luego de un día de trabajo, no se afloja la corbata, simplemente porque no usa. Aprovecha que se terminó una reunión para salir a saludar a su gente quienes esperan cerca de su oficina el inicio de otra reunión.
Luz, su
asistente, nunca lo desampara, ella misma dice orgullosamente que nunca había
tenido un jefe tan buena persona como Diego. Y sí, luego de hablar con él queda
claro que es un hombre que entiende a la gente,
y además, conoce al derecho y al revés cómo funciona el mundo de las ideas.
Diego, nos
cuenta de dónde viene y para dónde va con la agencia que preside. Nos contó qué
cuentas tiene, por qué se fue Movistar y Falabella de Y&R. Pero lo más
interesante, es conocer su opinión acerca de las licitaciones, como por
ejemplo, la de Aguila, la bonita de la fiesta con quienes todos en este momento
quieren bailar, por algo se da el gusto de llamar a ocho agencias y pedirles veinticuatro
campañas publicitarias. Pero lo más importante, es que Diego plantea la
solución que la UCEP y las agencias deberían seguir para ponerle algún día
freno a los anunciantes.
Con guitarra
en mano nos habla de la inspiración, de los festivales, de su tiempo libre y
también de la academia, ese lugar donde “las facultades todavía son muy tradicionales”.
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