No existe un día más tormentoso que el domingo en la tarde, saber que aproxima el lunes y hay que ir a trabajar, se podría llegar a comparar incluso con el famoso fin del mundo (tan de moda por estos días), por eso ya no es raro ver como las estadísticas de suicidios en Bogotá tristemente se incrementan este día. Al final, el lunes no es tan malo como parece, un día de esos puede ser cualquier día de la semana. Dicen que un ser humano es un mundo diferente, de ahí que haya muchos fines del mundo, y no uno solo y en combo agrandado como lo tienen previsto los Mayas para este próximo 21 de diciembre de 2012.
El tema del fin del mundo, según los Mayas, tiene tanto de largo como de ancho, pues todas las industrias están echando mano del fenómeno, justo ahora que se aproxima el fatídico final, y no es raro ver alborotados a los medios de comunicación, la literatura y el cine produciendo contenido, los canales de entretenimiento apostándole a los documentales, los expertos escarbando cuanta escritura y profecía se atraviese, y los mayas, ahora sí más famosos que nunca. Sobra decir que la ciudad predilecta en las profecías es Nueva York, ya que con ella se desquita todo el que quiere hacer su propia historia.
Miremos cómo la publicidad y el mercadeo aprovechan este extraño fenómeno para atraer más usuarios a sus marcas.
El tema del fin del mundo, según los Mayas, tiene tanto de largo como de ancho, pues todas las industrias están echando mano del fenómeno, justo ahora que se aproxima el fatídico final, y no es raro ver alborotados a los medios de comunicación, la literatura y el cine produciendo contenido, los canales de entretenimiento apostándole a los documentales, los expertos escarbando cuanta escritura y profecía se atraviese, y los mayas, ahora sí más famosos que nunca. Sobra decir que la ciudad predilecta en las profecías es Nueva York, ya que con ella se desquita todo el que quiere hacer su propia historia.
Miremos cómo la publicidad y el mercadeo aprovechan este extraño fenómeno para atraer más usuarios a sus marcas.
Por Diego Rodríguez
No hay comentarios:
Publicar un comentario